sábado, 11 de agosto de 2012

Oswaldo Payá denunció que su vehículo había sido blanco de un "sabotaje"


  El opositor cubano fallecido Oswaldo Payá denunció en enero de 2008 que su vehículo había sido blanco de un "sabotaje" para que una de las ruedas se desprendiera y causar así "un grave accidente con consecuencias fatales" que hubiese perjudicado no sólo al disidente sino a toda su familia.
   En una carta divulgada en la web del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), organización que lideraba Payá, el opositor fallecido comentaba que el 27 de enero de 2008, después de visitar con su familia a unos amigos en La Habana, se pudo percatar que la rueda trasera izquierda de su camioneta Volkswagen del año 1964 había sido manipulada.
   "Alguien había aflojado, casi hasta el final de las roscas, las cinco tuercas que fijan la llanta del neumático a la tambora, es decir, habían zafado casi completamente los cinco clanes de esa rueda", denunció entonces en su misiva.
   "Cuando alguien afloja los clanes de una rueda sabe que el auto podrá caminar cierta distancia hasta que algún obstáculo o maniobra, dependiendo de la velocidad, provoque que la rueda se salga de su lugar con las consecuencias imaginables", explicó.
   Según Payá, el coche estuvo en la calle cerca de casa de sus amigos menos de treinta minutos "en la oscuridad de la noche" antes de aparcarlo en el jardín de la vivienda donde sostuvieron la reunión familiar. Antes de salir, pudo ver un coche con faroles en el techo y otro que encendió las luces cuando los Payá abandonaron la vivienda.
   A los pocos kilómetros, escucharon un ruido que no habían percibido antes. En el coche viajaban, además de Payá, su esposa, tres hijos y una pareja con sus tres hijos.
   "Cualquiera que afloja los clanes de una rueda de un auto, en la que van a viajar niños, jóvenes, mujeres y hombres, es porque tiene la intención de aniquilarlos", advirtió en ese momento el promotor del llamado Proyecto Varela.
   "No estamos hablando de advertencias mafiosas o de amenazas, sino de un acto criminal y nadie puede suponer que la intención es otra que no sea la de causar un grave accidente con consecuencias fatales", indicó Payá.
   Semanas antes, una persona habría estado en el patio de su vivienda en La Habana, donde aparcaba a diario su camioneta, "y con un diamante corta vidrio o un instrumento semejante, trazó una raya perfectamente recta en uno de los cristales planos laterales del auto".
   Payá denunció que los responsables de este hecho "ni siquiera simularon un robo" porque "los que lo hicieron, sólo querían marcar su presencia".
   "De manera casi permanente la Seguridad del Estado vigila mi casa, me persigue cuando viajo a pie, en bicicleta o en auto, interfiere nuestros teléfonos y escucha todo lo que hablamos, interfiere por completo en mi trabajo y también molesta con frecuencia a muchas de nuestras relaciones humanas", denunció en su carta con fecha del 30 de enero de 2008.
   Esta "persecución" incluye, además, "la intromisión directa para perturbar a médicos e instituciones hospitalarias" a las que había acudido la familia de Payá, práctica que en ese momento se estaba haciendo "más frecuente y directa".
   Payá, de 60 años, murió el pasado 22 de julio en un accidente de tráfico en el este de Cuba en el que también perdió la vida el opositor Harold Cepera. El coche era conducido por el español Ángel Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones del PP, quien sobrevivió al siniestro junto a Jens Aron Modig, presidente de la Liga Juvenil de Suecia.
   La Habana afirma que fue un accidente y no se descarta que Carromero pueda ser imputado por este hecho. Sin embargo, la disidencia dentro y fuera de la isla insiste en que fue un asesinato ordenado por el Gobierno de Raúl Castro alegando que Payá había sido víctima de hechos similares semanas antes de su muerte.

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