miércoles, 3 de octubre de 2012

Asad «vendió» a Gadafi a cambio de tiempo

A unas semanas de que se cumpla el primer aniversario de la muerte del dictador libio, Muamar Gadafi, salen a luz nuevas revelaciones que oscurecen aún más las circunstancias que rodearon su muerte. El hecho de que, según apuntaron varios medios internacionales, el sátrapa libio fuera cazado por los Servicios Secretos franceses en lugar de los rebeldes no sorprende tanto como las razones del porqué Francia lo quería muerto. Este tanto se lo apuntó el diario italiano «Corriere della Sera», que aireó los trapos sucios del ex presidente Nicolas Sarkozy en la campaña electoral del 2007. 

Según el rotativo italiano, el ex mandatario galo quería ver muerto a Gadafi porque éste había amenazado con revelar detalles del dinero que donó a su campaña. Estas especulaciones dejan en una posición incómoda al abanderado de la revolución libia. Pero aún más llamativa es la información publicada ayer por el diario británico «The Daily Telegraph», que aseguró que el presidente sirio, Bachar al Asad, vendió a los Servicios de Inteligencia franceses el número de teléfono vía satélite de Gadafi a cambio de que el Gobierno de Sarkozy rebajara la presión sobre el régimen sirio por la represión de las protestas.  

Ambas informaciones parecen una especie de conspiración contra el ex presidente francés. Según cita el diario británico, un ex agente de Inteligencia en Trípoli, Rami El Obeidi, aseguró que espías galos que operaban en Sirte, ciudad natal de Gadafi y su último refugio, «consiguieron tender una trampa al dictador tras obtener su número de teléfono vía satélite del Gobierno sirio». A cambio de esta información, «Asad obtuvo una promesa de un periodo de gracia por parte de los franceses y menos presión política sobre el régimen, que fue lo que ocurrió», declaró El Obeidi al «Daily Telegraph».

La noticia de la venta del número del teléfono satelital del sátrapa libio se filtró después de que el pasado fin de semana el que fuera primer ministro del Gobierno de transición libio, Mahmud Jibril, revelara que un «agente extranjero» estuvo involucrado en la operación en la que murió Muamar Gadafi, aunque no reveló la nacionalidad. Según relató el ex espía libio al «Daily  Telegraph», Francia fue la que orquestó prácticamente toda la operación, dirigiendo a los milicianos libios al lugar para emboscar el convoy de Gadafi. 

El Obeidi detalló que París parecía poco interesado en el trato que recibiría el ex dictador una vez capturado, aunque animó a los milicianos a apresarlo con vida. «La Inteligencia francesa comenzó a seguir el teléfono satélite Iridium de Gadafi cuando éste llamó a uno de sus fieles, Yusuf Shakir, y a Ahmed Jibril, un dirigente miliciano palestino en Siria. 

Como consecuencia de ello, determinaron su localización y comenzaron a seguir sus movimientos», puntualizó el ex agente de Inteligencia libio al periódico inglés. El Obeidi  agregó que agentes de la Inteligencia militar turca y británica que estaban en Sirte en esa época y fueron informados de los planes de emboscada de antemano «no participaron en ellos».

La venganza de Misrata

Sin embargo, según la versión oficial de la OTAN de los sucesos del 20 de octubre de 2011, un avión de reconocimiento británico localizó un gran convoy que abandonaba Sirte y varios aviones de la Alianza procedieron a bombardearlo, presuntamente sin saber que en él viajaba Gadafi. A continuación, unos milicianos peinaron la zona y encontraron al dirigente libio escondido en una tubería, tras lo cual Gadafi habría muerto a manos de sus captores, la violenta milicia de Misrata, mientras era trasladado hacia esta región en el oeste del país.
 

 EL-ASSAD TRICIONO A KADHAFI

A Muamar Gadafi no solo le dieron la espalda sus socios occidentales. A pocos días del primer aniversario de su asesinato, el exresponsable de Inteligencia de las fuerzas rebeldes, Rami el-Obeidi, confesó al diario británico The Telegraph que el régimen sirio facilitó a Francia el número del teléfono satélite del exdictador, lo que facilitó el bombardeo del convoy en el que trataba de huir de Sirte, su localidad natal, el pasado 20 de octubre. «A cambio de esta información, El-Asad obtuvo una promesa de un periodo de gracia por parte de los franceses y menos presión política sobre el régimen, que fue lo que ocurrió», explicó El-Obeidi.
Desde la entrada en acción de la OTAN, los servicios de información occidentales comenzaron a operar sobre el terreno para tratar de optimizar el apoyo a las inexpertas fuerzas rebeldes. El-Obeidi detalla que los espías franceses desplegados en Sirte -donde también operaban británicos y turcos, aunque no tomaron parte en esta acción- comenzaron a seguir el teléfono vía satélite de Gadafi tras una llamada a Ahmed Jibril, líder del Frente Popular de Palestina, movimiento que recibió importante financiación del exdictador y que en estos momentos es la única facción palestina que permanece en Siria combatiendo en apoyo a Bashar el-Asad.
Como ocurre en muchos de los ataques de los aviones no tripulados en 'Af-Pak', como pasó en 1996 con el líder checheno Dzojar Dudáyev, asesinado mediante dos misiles rusos, las llamadas desde un satélite son fácilmente interceptables y marcan las coordenadas que permiten un ataque de precisión. Ese teléfono sería también el que permitió a Gadafi enviar sus últimos mensajes a la televisión Al-Rai, canal sirio propiedad del empresario iraquí baasista Mishan al-Jabouri.
Aviso de la OTAN
La versión oficial de la OTAN negó que sus aviones tuvieran conocimiento de que Gadafi viajaba en el convoy que salía de Sirte con dirección al desierto, pero según El-Obeidi toda la operación estaba perfectamente diseñada para tenderle una emboscada y «Francia parecía poco interesada en el trato que recibiría Gadafi una vez capturado, aunque animó a los milicianos a apresarle con vida», recoge The Telegraph en una exclusiva que se publicó 24 horas después de que el primer ministro durante el Gobierno de transición en Libia, Mahmud Jibril, revelara que un «agente» extranjero» estuvo involucrado en la operación, sin precisar la nacionalidad.
La semana pasada enterraron en Misrata a Omran Shaban, el hombre que capturó a Gadafi. Murió a consecuencia de las torturas sufridas por vecinos de Bani Walid, feudo leal al dictador que junto a Sirte fue uno de los últimos en someterse al frente formado por los rebeldes y la OTAN. Shaban fue secuestrado cuando pasaba por esa localidad, donde sigue habiendo población leal al exdictador que no dudó a la hora de vengarse.
El responsable de la captura de Gadafi formaba parte aquel 20 de octubre de la brigada llegada de la vecina Misrata que recibió el aviso de la OTAN sobre la puesta en marcha de un convoy de 25 vehículos que pretendía abandonar la ciudad. Ismael Taweel, uno de los líderes rebeldes en la operación, confesó a este periódico pocas horas después de los sucesos que «no nos dijeron que Gadafi iba en los coches, pero nos avisaron de que podía ser alguien importante quien iba en el convoy».
Después de tres semanas de asedio, la caravana salió al mediodía por la autopista de la costa, después de pocos kilómetros dejó el asfalto y se adentró en un campo de olivos por una pista de tierra en una zona llamada Silia. En este momento, cuando salieron de entre las casas, se produjo un bombardeo muy preciso. Muchos de los pasajeros perdieron la vida, pero un pequeño grupo salió huyendo e intentó buscar refugio entre los olivos. Entonces empezó el combate con los milicianos que los esperaban. Varias personas del convoy se escondieron en una tubería de cemento.
Después de abatir a varias de ellas, los milicianos vieron a un hombre armado con una pistola dorada, vestido de blanco y con botas de cuero negras. «¿Qué estáis haciendo?», les preguntó a los combatientes, que, sin perder un instante, se abalanzaron sobre él al grito de «¡Muamar, Muamar!». La noticia se extendió con rapidez y en cuestión de minutos una turba rodeaba al dictador y lo zarandeaba. A las pocas horas el cadáver de Gadafi era exhibido en público en un frigorífico del mercado de carne de Misrata.
 

Acusan a Al Assad de 

haber facilitado la 

captura de Gadafi


información que amenaza en convertirse en un verdadero escándalo y que salpica al expresidente francés Nicolas Sarkozy. El presidente sirio Bashar al Assad, quien desde hace más de un año y medio enfrenta una revuelta popular que busca derribarlo del poder, no tiene respiro. Ayer, fue acusado de facilitar a Francia el teléfono satelital del exmandatario libio Muamar Gadafi, lo que permitió su localización por parte de tropas francesas, que luego lo asesinaron.

La información, que fue publicada por los diarios Corriere della Sera, de Italia y por el británico The Daily Telegraph, señala que la “traición” de Al Assad, fue para evitar que su país fuera atacado por la OTAN. No es la primera vez que la versión “oficial” sobre el asesinato del líder libio, de la cual se va a cunplir un año este 20 de octubre, es puesta en duda. Sin embargo, el diario romano presentó ayer nuevos testimonios de exintegrantes del gobierno de Gadafi y del actual gobierno del Consejo Nacional de Transición (CNT).
Según el diario italiano, un agente secreto francés infiltrado habría realizado el disparo que causó la muerte del líder libio. “Un agente extranjero se infiltró en las Brigadas Revolucionarias para asesinar a Gadafi”, sostuvo Mahmoud Jibril, actual presidente del CNT en una entrevista.
“Si hubo infiltrados en las Brigadas Revolucionarias sólo podían ser agentes franceses”, afirmó un diplomático europeo. La información se propagó inmediatamente en todos los medios galos y varios de ellos hicieron hincapié en la amenaza de Gadafi de revelar los detalles de su relación con Sarkozy, quien “tenía razones para hacer callar a Gadafi lo más rápido posible”, sostuvo el mismo diplomático.
En mayo pasado, en plena campaña electoral, un medio independiente publicó un documento atribuido al exministro de Asuntos Exteriores libio, en el que sostenía haber otorgado 50 millones de euros para financiar la campaña presidencial de Sarkozy en 2007.
Asimismo, tanto el medio italiano como el británico aseguran que Gadafi fue encontrado en su ciudad natal -Sirte- gracias a un intercambio de información con el gobierno sirio. Desde su escondite, Gadafi se comunicó con su teléfono satelital en varias oportunidades con el presidente Al Assad, quien habría entregado su localización a la OTAN y a Francia a cambio de que ambos bajaran la presión contra su país.
Según la versión de la OTAN de los sucesos del 20 de octubre pasado, un avión británico localizó un gran convoy que abandonaba Sirte y varios aviones de la Alianza lo bombardearon, sin saber que en él iba Gadafi. Unos milicianos peinaron la zona y encontraron al líder libio escondido en una tubería, tras lo cual Gadafi fue muerto por uno de sus captores.
Estas nuevas revelaciones tienen lugar días después de que el joven que encontró a Gadafi en el túnel muriera en Francia, donde extrañamente fue trasladado para curarlo de las torturas sufridas durante su detención en Libia.

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